domingo, 23 de mayo de 2010

Algunas veces también pasa.

Hoy escribo aquí por defecto, lo siento, no tenía pensado redactar ni publicar, ni pensar ni tener.

Trabajar de cara al público es genial, ¿saben? Amo ver caras nuevas cada fin de semana, ayudarles a cubrir sus dosis diarias de sonrisas y sin son niños el sentimiento se multiplica considerablemente.

Hoy no quise seguir sonriendo, hoy quise sentarme a ver el mar y quedarme callada sin buscar caras, sin buscar nada que pudiera encontrar, se sentó a mi lado un gitano de 12 años, ojos preciosos y me preguntó si estaba llorando, le dije que no, que si mis ojos estaban rojos era porque estaba cansada y que si estaban medio chinitos era por el sol. Él me creyó y yo me puse las gafas.
No me gusta que me vean llorar.
Se quedó sentado a mi lado sin decir nada, sin preguntar nada, sin esperar nada de mí. Se quedó porque estaba cómodo conmigo. Yo me quedé también, a su vera, primero porque no tenía fuerzas para ponerme de pie y después porque necesitaba de esa sensación de no dar nada y ser tan útil.
Yo, quieta, me rompía en pedacitos y me volvía a componer, lo miraba y el parecía hablar con el viento. Luego alzó la voz y no, estaba cantando.
Dejó de cantar y me miró, pensé que quería algo de mí. ¿Y si quiere que yo cante? ¿Y si este es un trueque más?
"Lo siento, yo no sé cantar" Le dije despacito, como para que no se escape una voz medio quebrada, una voz de la que vengo huyendo hace mucho.
"No tienes que hacerlo, ¿Quieres que cante otra vez?" Lo dijo riendo. Un niño riéndose de mí. De mi no entender cómo funciona el mundo.
Algo entendí mientras cantaba, que, el tópico de los gitanos con buena voz, fuerte corazón y preciosos ojos tiene muy buen fundamento.
Y claro, que desde que se sentó supo que yo estaba triste, que no pude engañarle, porque en el fondo, ¿les cuento un secreto? No quise engañarle.
Se paró, puso los zapatos y despidió. Me dejó sola con mi soledad y en contraste ya no la disfruté tanto.
Corrí a mi portátil, te busqué y me encontré.
Los ángeles no tienen alas blancas ni huelen a rosas, visten vaqueros cortos y huelen a inocencia, a entrega, a canción gitana frente al mar.

acompañar.

(De compaña).

5. tr. Participar en los sentimientos de alguien.



martes, 13 de abril de 2010

Booh!

Tenemos al menos un día al año donde nuestra mala suerte puede estar justificada, donde es divertido escondernos tras una fecha enigmática en sí misma, donde estar sensitivos hacia lo negativo es cuestión de rapidez.
Si un mes comienza en jueves estás destinado a pasarte el segundo martes escuchando dichos temerosos por bocas temerosas. Todo congruente, todo errado.

No voy a mentir, cuando era pequeña todos los viernes 13 llegaba al cole diciendo "Uy! qué día nos espera" nunca ningún compañero de clase se atrevió a contradecirme, supongo que a los 7 años pocos problemas quieres ganar escudriñando en cerebros en formación, y si eres otro cerebro curioso sólo te toca llegar a casa a preguntar a papis "¿Por qué Fiore dijo eso?" Los padres se llevarían una mano a la boca y la otra ya estaría corriendo al colegio a hablar con la profesora de una niña con pensamientos oscuros que asusta a su retoño.
La profesora hablaría con los padres de Fiore y ellos responderían que en las noticias matinales nombraron "la mala suerte" y ellos me lo explicaron "¿Quieres saber quiénes eran los Templarios?"

Lo recuerdo como si fuera ayer. La niña con conocimientos oscuros pasaba el recreo jugando yases y esquivando adolescentes preocupados por su destino "Léeme la mano, Fioooo"

Esa fue la época de mi vida en la que declaré batalla constante a la ignorancia y prefiero un silencio inteligente a palabras sin irrigación. ¿Y ven? Me fui del tema, lo siento.

Luego de saber la historia de los viernes descubrí que habían más excusas aún para ser cauto un 13 y ése era: un martes.

Rodajas de numerología, historia bíblica, Ares, planeta rojo, guerra, caída de Constantinopla, tarot e interpretaciones negativas, unas gotitas de miedo, medio litro de un entorno impresionable y listo, un batido de superstición válido incluso para romper el hielo todo un día.

Hoy no hizo falta buscar temas de conversación, Valencia no dejó de llover, el metro tenía retraso, el profesor no llegó a tiempo y una pila de libros me cubrió en la biblioteca tras múltiples e inesperados estornudos. ¿Mala suerte? No. Descuido, vehemencia. Fallos humanos y punto. No me vengan a contar lo mal que lo pasan hoy por ser hoy. Dime que, al igual que a mí, también te llueven los lunes, tarda el metro los domingos y te golpeas con lo inanimado los últimos días de cada mes.

Vale, no me digas nada. Pero, piénsalo.

suerte.

(Del lat. sors, sortis).

1. f. Encadenamiento de los sucesos, considerado como fortuito o casual.






viernes, 2 de abril de 2010

Viernes Santo 2010

Hoy me sorprende echar la vista atrás y tomar conciencia de cuánto he crecido, de cuánto me he acostumbrado al mundo, de cómo sin darme apenas cuenta, ya no me impresionan pequeños guiños del día a día. Sé que no es porque hayan dejado de interesarme sino porque el mundo parece haberme llenado tanto los bolsillos de prisas y teorías que, con el pasar de los días, meses y años, andar con ellos se me va haciendo más complicado.

¿Nunca les ha pasado que mientras observan la inocencia de un niño, sonríen sin motivo aparente? A mí me pasa todo el tiempo.
¿Saben por qué es? No es sólo porque nos guste verlos llenando de ternura el ambiente, no sólo porque sean divertidos dando vueltitas que para ellos son grandes aventuras y para nosotros mínimos pasos. Es porque nos recordamos pequeños y fáciles de impresionar, que al ver una paloma la seguíamos hasta que desapareciera del horizonte con el mismo cuidado que ahora controlamos que el cajero nos de importes exactos.
Hace un par de pares de años, en Semana Santa, no me perdía ninguna película de estas de bajo presupuesto, donde si la repetías te dabas cuenta que la señora que vendía pan sin levadura, luego gritaba "crucifíquenlo" y después llevaba perfumes a la tumba ya vacía. De éstas, sin actores famosos con estrellas en paseos de fama de Hollywood.

Yo siempre lloraba. Primero lloraba porque no entendía, al año siguiente porque lo veía injusto, luego de unos años empecé a sentirme impotente al ver sufrimientos parecidos en mi propia generación y hoy, lloro porque entiendo.
No, no se confundan, no hablo del llorar de niños con lagrimitas y grititos ahogados, hablo de esa sensación de vacío que se clava en el epigastrio y sube lentamente por el esófago hasta hacerte suspirar, de ese llorar sin lágrimas al ver que a nadie parece importarle poco más de lo que le conviene.

Anoche falté a la cena que programé con mis amigos hace un mes. Me quedé en casa preparando torrijas con mi mamá, riendo, sí, porque me enseñó que el respeto no va de la mano del sufrimiento o seriedad. Que así está bien, haciendo y no (sólo) pareciendo.

Ayer no vi ninguna película de la vida, pasión y muerte de Jesús. Creo que ya conozco la historia, creo que ya grabé año tras año en mi retina que admirarlo es inevitablemente reconfortante.

Sé que conforme pase los años pocos quedarán con fe, pocos que crean sin ver, sin recibir, sin escuchar. Sé que en un par de décadas todos los ancianos que llenan las misas vivirán sus actuales creencias, sé que muchos jóvenes seguirán renegando por los lujos de la iglesia y los abusos de algunos sacerdotes. Yo lo hago. Creo que no necesitamos adornos en pan de oro para sentirnos con Él, pero entiendo que ese pan de oro fue colocado con el dinero de muchos fieles que decidieron invertir en un lugar llamativo a la vista. Lo cual entiendo pero no comparto.

Por otro lado, ya que a mi pesar toqué el tema "sacerdotes", creo oportuna mi opinión, no porque sea la más importante sino, simplemente, por ser.

Me gustaría que supieran que conozco a muchos sacerdotes y seminaristas, con ninguno me comunico ya, pero puedo y quiero asegurarles que generalizando llegamos más lento que retrocediendo.

Que se haga justicia, que si sabemos de algo, hablemos, que no regalemos el beneficio de la duda a nadie, que no vuelvan a poner la mano encima a ningún niño ¡jamás! a menos que sea para darles palmaditas en el hombro, palmaditas traducidas como "ánimo" o "bien hecho". No permitamos que lo que nos queda de pureza se vea contaminado por, no sólo malos sacerdotes sino, sobre todo, malas personas.
Pero no nos quedemos sentenciando y señalando eternamente al mismo grupo, en todos los sectores se comenten abusos y si dirigimos toda nuestra ira a un sólo punto erramos al satanizar a unos e ignorar otros.

No quise tocar este tema, pero cuando escribimos pocas veces controlamos la dirección de nuestros pensamientos y, aquí me tienen, tal cual, como dije antes y como digo siempre: sin maquillaje.

maquillar.

(Del fr. maquiller, de la jerga teatral del siglo XIX).

1. tr. Aplicar cosméticos a una persona, o a su rostro. U. t. c. prnl.

2. tr. Modificar el aspecto de un rostro mediante cosméticos.

3. tr. Alterar algo para mejorar su apariencia.

domingo, 28 de marzo de 2010

¿Dónde dejamos las velas?

Domingo 28 de marzo.
Hoy, oficialmente, el sistema me robó una hora de sueño. No estoy enfadada, por el contrario, me alegra saber que con el simple hecho de reprogramar mi móvil y sincronizar el reloj he formado parte de un considerable ahorro energético. Así que, ahorrando cerca de 300 millones de euros, no podía escatimar en regalarme una sonrisa más que luminosa.

Salí de casa sonriendo, sonreí a los niños con olivos en las manos y sonreí a las vendedoras de ramitas en forma de rombos mal peinados. No entendí el por qué de tanto lujo cuando en lo sencillo está lo importante, pero sonreí igualmente al arte y a la iniciativa de negocio.

Ayer a las 8:30pm extrañé esa sensación, sensación de estar en sintonía con el mundo, supongo que esta vez dejé el idealismo en el tintero y tras una larga charla con un amigo (ingeniero eléctrico el muy listo) decidí ir a las cifras y fiarme en la ciencia. Soy de letras, siempre he discrepado con lo material, con lo visible, lo comprobado; lo empírico me divierte pero sólo lo justo. Creo en las sorpresas, lo que se siente al cerrar los ojos, lo que no necesita explicación para darse a conocer, pero, como ya les digo, ayer fue diferente, tal vez fue la centena de luces que indiferentes a la causa no dejaban de moverse a su velocidad, tal vez pensar que hacía falta más que iniciativa y buenos deseos para lograr una mejora en el mundo. Y no me refiero a cambios, ellos están sobrevalorados, lo que necesitamos son mejoras, no promesas, sino compromisos, no buenas ideas sino acciones.

"Que la gente tome conciencia" "Que se involucren en las decisiones" "Que se bien informen sobre los temas actuales y actúen" Lo escucho muchísimo y ¿les digo un secreto? Lo prefiero a las quejas con brazos cruzados, pero estoy segura que podemos dar más, un paso hacia delante, informarnos, exigir respeto y ser parte de las grandes reformas que nos afectan a corto, mediano y largo plazo.

No sé ustedes, pero quiero que mis hijos tengan una foto delante de un nevado, que mis nietos tengan peluches de osos panda y no los vean como animales "que se extinguieron por algo que llamaban calentamiento global", que cuando llegue a los 80 pueda decidir qué ponerme según la estación y no deba estar continuamente averiguando si por fin "en verano hará calor y en invierno frío" o si el clima se desquició una vez más y sólo poder contar a mi espejo arrugado que pasé como un mudo testigo por aquí (nuestro aquí) y no hice nada más que dividir la basura en residuos orgánicos e inorgánicos.

conciencia:

1. f. Propiedad del espíritu humano de reconocerse en sus atributos esenciales y en todas las modificaciones que en sí mismo experimenta.

2. f. Conocimiento interior del bien y del mal.

3. f. Conocimiento reflexivo de las cosas.

4. f. Actividad mental a la que solo puede tener acceso el propio sujeto.

Hoy, hay para elegir.

martes, 23 de marzo de 2010

"Desde la Tranquilidad" por {Rebeca}

"He recuperado la capacidad de dejarme sorprender agradablemente, de hacer cosas por primera vez, de ver que no es tarde, que casi todo tiene arreglo, de llorar de alegría sin avergonzarme por ello, de reírme por cualquier cosa o, incluso, por nada en particular… He tenido uno de esos meses en los que parece que todo encaja de repente, que la casualidad no existe, que aunque a veces no sepamos de entrada los motivos de algo, siempre existen y no tardan demasiado en salir a la luz.

Contacto casi a diario con bloggers que usan este medio para expresar eso que llena sus bien amuebladas cabezas… y por fin me he decidido a invadir su espacio de forma activa. No sé si es la primavera, el cansancio general o qué, pero parece que se ha puesto de moda eso de hacer una bien redactada declaración de intenciones. En un solo día he leído dos que me han puesto la carne de gallina. Gracias desde aquí por hacerme pensar en esto. Desde la serenidad que recuperé hace unas semanas (los que me conocéis ya sabéis qué dos añitos llevo) y que cada día me esfuerzo por mantener, aquí va mi intento:

Mi primer compromiso y el único que mantendré a toda costa es el que tengo conmigo misma y con mi tranquilidad. Se acabó eso de que mi salud y mi vida sean lo último de mi lista de prioridades. Se acabó soportar que me miren mal por tener las cosas claras, por saber lo que quiero e ir a por ello a toda costa. Se acabó que ser la fuerte del equipo sólo me sirva para cargar con todo lo que a los demás les supera. Se acabó el “aguanto porque hay que hacerlo y, si no lo hago, encima me echan la culpa”. Se acabó el resolver problemas de imbéciles que lo que merecen es morir aplastados por un meteorito. Se acabó sacrificar el tiempo que quiero pasar con mis amig@s por no quedar mal con los que deberían ser mis enemig@s. Se acabó soportar inútiles, descerebrad@s, prepotentes sin motivo, gente que no sabe lo que quiere hasta que lo pierde y cretin@s que tratan mal a la gente a la que quiero. Se acabó ser diplomática con l@s que hacen llorar a mis niñ@s. Se acabó que lo urgente quite tiempo a lo importante. Se acabó eso de que pase tiempo sin saber de la gente a la que quiero y que me quiere. No tengo edad para seguir enganchada a todo eso.

A partir de ahora, quiero que mi sorpresa diaria sea agradable. Quiero seguir reconociendo a l@s buen@s amig@s que me rodean, a la gente que alegra mis días y mis noches. Quiero seguir disfrutando de un buen debate con gente que sabe debatir, de una broma con quien sabe reírse de sí mism@ y, ¿por qué no? de un buen chiste aunque sea a mi costa. Quiero hacer lo que me gusta con quien me gusta, ya sea tomar un café, salir de bares, bailar, jugar a lo que sea o sentarnos sin decir nada durante horas. Quiero que mi gente sea el doble de feliz que yo. Quiero que dejen de pasarle cosas malas a gente buena y hacer lo posible (y lo imposible) para conseguirlo. Quiero recordar siempre la única vez que me arrepentí de algo ¡¡¡EN 31 AÑOS!!! Quiero haber aprendido de ello y seguir aprendiendo cada día. Quiero hacer cada día algo que quiera recordar dentro de 50 años o más… porque la vida es y siempre ha sido corta para los que queremos disfrutarla."

-Rodéate de grandes, dicen, y lo dejan todo a la suerte. Yo encontré a esta niña y su declaración de intenciones me robó más de una sonrisa. Moisés, desde aquí se agradece la inspiración. Tranquilidad? Claro que la encontró!

Tranquilidad: 1. f. Cualidad de tranquilo.


sábado, 20 de marzo de 2010

Ni alba ni ocaso

Sábado 20 de marzo, 8:16am.

Último día de voluntariado, la calle estuvo despierta hasta hace media hora y yo tengo la extraña sensación de ser la primera en oler el rastro que dejaron las toneladas de pólvora en el aire, de ser la primera en pisar la ciudad repleta de nada después de haberlo tenido todo.

En la esquina del lugar acordado, 6 chicos y una chica, ellos tampoco sabían que habíamos firmado un horario comprometiendo nuestros feriados, sábados y domingos pero aún así, sonreíamos con pastelitos en la mano, pastelitos que la señora del horno juraba haber hecho esta mañana pero todos sabemos son las sobras de ayer. Pastelitos para octogenarios sin familia que recibirán con una sonrisa lo que les llevemos a la boca.

Lola, 87 años, madre de dos hijos y abuela de 3 nietos. No recuerda hace cuánto no los vé pero sí que a los 25 fue fallera mayor de su casal y su madre le regaló una peineta bañada en oro que tampoco recuerda dónde la dejó. Recuerda que todos los suyos se fueron a esperarla arriba, que la pastilla de las 3pm le genera acidez en el epigastrio y que los ojos de su esposo eran azules la última vez que los vió.

"Quisiera que alguien me haga moñitos de fallera" - digo casi gritando para que todos puedan oirme, la ciudad de las mascletàs parece haber ganado alguna batalla en sus oídos.

Todos me miran. Todos menos la señora Carmen de las pecas rojas que cuando me da beso me deja olor a jazmín en las mejillas y Juan el que se quita la boina marrón cada vez que habla de la guerra. Son los que no me oyen a menos que les susurre al oído que o ya llegué o ya me voy.

Pasaron 20 minutos y 3 angelitos ya jugaban con mi pelo, una a la derecha, otra a la izquierda y una atrás. "No te muevas" "Lo siento".

Disfrutaban tocando mi pelo aún oscuro, aún con melanina, discuten entre ellas técnicas ancestrales de belleza y yo me hago cada segundo un poquito más humana.

Llegan las enfermeras "hora del aseo", gritan. Eso basta para ver un ápice de rubor en todos. La hora del día que odian pero necesitan. Donde cierran los ojos y sonríen al saber que pronto lo han de olvidar.

Mi cara cambia de expresión, ya no sonrío, ahora controlo que se haga un buen trabajo, que tanta denuncia de maltrato sea mentira y salga de ese lugar tarareando alguna canción.

Las enfermeras no saben quién soy, "Voy de infiltrada, Lola, no te rías" , me miran inquietas "¿A quién vendrá a visitar?" y aceleran las manos para dejarlos limpios. Camino de una cama a otra mientras diviso los nombres de las trabajadoras. Una cansada, otra aún más. Manos rápidas que ya no sienten lo que tocan, sólo cumplen un objetivo. Ojos cansados de sufrir por madres ajenas y que optan por no sentir en absoluto y tomarlas a la ligera. Lo entiendo y sigo anotando.

Casi la 1pm, me despido de todos con dos besos, menos de Juan que siempre me da tres, uno en la frente, húmedo, tierno, un beso que no espera respuesta para sentirse pleno.

"Vuelves mañana, ¿verdad?" Giro, y al no saber quién preguntó, digo al ambiente y con la mirada vacía "Vuelvo, claro que volveré"

Salí pensando en la injusticia en la que se basa la vida, un desgaste natural del cuerpo y una suma de intensas emociones todo en una misma blanca y arrugada etapa. Mil preguntas sin respuesta encasilladas en una materia que se niega a responder ¿Cuántas veces más les prometieron que volverían? ¿Creen aún en el significado del "volveré"?

Lo siento por ellos, por todos los que no los ven sonreir al escuchar un chiste, los que no gozan de sus anécdotas de juventud y sus rituales diarios.

Pido para que nunca se cansen las que los cuidan, las que pasan 8 horas diarias rodeadas de tesoros difíciles de llevar.

Yo no sé ustedes, pero después de esto no tendré miedo a llegar a senil.


Senectud:

1. f. Período de la vida humana que sigue a la madurez.


miércoles, 10 de marzo de 2010

Cupido de vacaciones

Ayer escuché un reportaje de aquellos con porcentajes que deben toda su veracidad a sondeos callejeros, de aquellas preguntas que te sorprenden en la prisa de coger un autobús y pretenden ser acertadas.

En toda mi vida sólo me han detenido para hacerme una encuesta 4 veces, no cuento la infinidad de veces que amigos de mi facultad o facultades vecinas piden mi opinión, claro.

La primera vez cuando era menor de edad, me preguntaron sobre la infidelidad y respondí con toda la ilusión de una chica de 15 años enamorada de la vida y del amor "Es inaceptable" luego me pidieron número de DNI y firma con lo que desestimaron mi respuesta. Recuerdo haber pasado instantes muy tristes luego de esa encuesta. Quería crecer a toda prisa. Quería responder lo mismo con el aval de los años. Hoy lo diría "Inaceptable".

La segunda vez, ya mayor de edad, con número de DNI y firma decidida, me preguntaron por la música que escucho, es un tema muy profundo. No, no es broma, me parece importantísimo saber con qué música se identifica la gente. "Dime qué música escuchas y te diré quién eres"

La tercera y cuarta no contaré hoy, pero puedo asegurar que las respuestas fueron rápidas e incluso medio accidentadas. Ajá. Ahí lo dejamos.

"Los lugares preferidos para ligar son los bares y discotecas"
"La edad más activa en la que se liga es de 18 a 35 años"
"Los hombres y mujeres, mientras mayores se hacen, más ganas tienen de ser infieles a sus parejas"
"El 70% de jóvenes que van a ligar a un bar o discoteca sólo buscan sexo por una noche"

Sí, mis estimados, certezas basadas en encuestas rápidas que escuchamos y nos obligan a suspirar al vacío.

Tal vez sean muchos los que van a ligar a bares y discotecas, los que me han tocado iban a tontear o hacer (des) uso de sus armas de seducción, apostaría a que nunca iban en serio ya que preguntas con respuestas monosilábicas no son muy adecuadas al buscar un tema de conversación.

La edad en la que está bien visto que se ligue es de 18 a 35, la sociedad ha puesto los límites y hasta cierto punto, nuestra propia naturaleza. Si ligas antes de los 18 pensarán que no sabes lo que haces ni lo que quieres (probablemente tengan razón) o simplemente darás miedo porque una persona tan pequeña no debería merodear en bares o discotecas para buscar una noche de sexo. Porque es lo que dicen que buscas, ¿no?
Si ligas después de los 35 en un bar o discoteca no tienes perdón alguno por parte de las féminas, a menos que demuestres en los escasos 2 minutos que te permiten para hablar, que si estás soltero no es porque seas inmaduro, egoísta o libertino, sino porque priorizaste estudios, viajes, o por alguna ideología interesante. Además, debes demostrar (porque puedes serlo, pero a la hora de ligar también debes parecerlo) que no quieres usarla (porque no lo quieres, ¿verdad?) y que la chica contigo estará a salvo de tanto predador suelto (porque no eres un predador, ¿verdad?)

Si las ganas de engañar a la pareja fueran proporcionales a la edad de los hombres y mujeres nuestra sociedad como la conocemos hoy no existiría. Rutina, si. Aburrimiento, si. Pero si queda el respeto, no importa si ya tienes los labios arrugados o el cutis más terso, si respetas a tu pareja, no lo harás.

La parte del sexo por una noche la entiendo, no comparto, pero entiendo. Sé que al final de mil una-noches se dan cuenta que eso no llena y que, en encontrar una pareja para pasar mil noches es lo mejor.

Tal vez no estén de acuerdo conmigo, tal vez crean que deberíamos ser más permisivos con nuestra sensualidad y sexualidad, ver qué pasa y aprender tras cada tropiezo. Ligar y dejar que liguen. Escuchar y dejar que nos escuchen. Sonreir y dejar que nos sonrían. Tal vez piensen que poca gente vale la pena en el mundo como para iniciar una relación formal y que es de listos disfrutar de la "libertad" que la soltería nos otorga con personas afines a uno, que piensen como uno y actúen como uno. Tal vez este tema ni te quita el sueño o te has visto retratado en alguna parte del "estudio".

No importa. Lo que realmente importa es:
Si eres mujer: ¿Qué pensarás la próxima vez que te pidan fuego?
Si eres hombre: ¿Dejarás de fumar por ello?

Ligar: 16. intr. coloq. Entablar relaciones amorosas o sexuales pasajeras.


lunes, 8 de marzo de 2010

Ocho de marzo

Siempre la sensación de abrir un blog es diferente.
Elegir un nombre o dejar que él te elija, el diseño, los colores, todo un mundo que resulta conocido y sorprendente.

Hoy es el "Día internacional de la mujer trabajadora," debo ser sincera y confesar que es mera coincidencia que mi primer publicación sea hoy, no conté los días para celebrar mi día o saludar a las mujeres que me rodean, pero ya que llegó con cierta alegría no dudé en saludarlas.

"Mujer trabajadora" la que se despierta a las 6am para ir a la oficina, discutir con los conductores en el camino o empujar cientos de cuerpos en el metro, la que lleva tacones para verse elegante, la que al llegar a casa se sienta 5 minutos para coger fuerzas y seguir con las labores domésticas.

"Mujer trabajadora" la que se despierta a las 4am porque a las 6 el esposo entra al trabajo y necesita la ropa limpia y desayuno listo, porque a las 8 todos llevarán pequeños recipientes con comida para no gastar en almuerzos fuera de casa.

"Mujer trabajadora" la soltera que duerme hasta las 10, trabaja por la tarde, lucha con un día a día diseñado para hombres y mujeres con descendencia, empieza a odiar a los hombres pero no deja de sucumbir a una sonrisa que parece sincera.

"Mujer trabajadora" la que mantiene su esencia femenina sin importar su edad, raza, religión, la que defiende su punto de vista sin dejarse llevar por el orgullo, se hace respetar y sabe reconocer que se equivocó, se levanta, limpia la carita y sigue adelante.

Tengo una amiga feminista separatista, la primera gran discusión que tuve con ella fue hace un año, cuando describió como "cobarde" el comentario que hice de mi (en ese entonces) futuro novio : "puedo vivir sin él pero no quiero". La segunda gran discusión será hoy cuando lea esto y me llame para pedir explicaciones.

"Mujer trabajadora" también a ella, porque busca amarse ante todo aunque un poco errada, feliz día a las que dejan sus carreras y/o vidas profesionales por vidas en crecimiento, feliz día a las que no se ponen en segundo lugar, priorizan su presente y lo toman como tal.

Mujer: f. Persona del sexo femenino.